El recién nacido necesita unos minutos para que su sistema respiratorio y su circulación sanguínea se adapten al nuevo entorno. Para conseguirlo, en cuanto al bebé nace emite un primer grito inspiratorio en forma de llanto.
· Las nalgaditas han pasado a la historia: cuando el bebé no reacciona, los médicos estimulan su piel con suavidad, tomándole un pie y mojándolo ligeramente.
· No debes agustiarte si no lo escuchas llerar a pleno pulmón: aunque un llanto potente indica buena respiracion, la ausencia de vigor en el gripo no significa que el bebé tenga dificultades.
· Cuando el liquido amniótico y las mucosidades situadas en las vias aéreas impiden respirar al bebé, su llanto puede ser sólo un pequeño sollozo.
· Otros recién nacidos hacen una de dos respiraciones profundas y después sigue respirando relajadamente, sobre todo cuando se les coloca encima del pecho de su madre.
· Los bebés prematuros tienden a llorar menos y de forma más débil.
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