Siempre que la mascota muerde o araña al niño hay que desinfectar muy bien la herida. Esto es, lavarla bajo un chorro de agua, secarla y ponerle el antiséptico habitual con ayuda de una gasa. Si el gato está desparasitado y tiene su cartilla sanitaria en regla, lo más probable es que la lesión no se infecte ni cause más consecuencias. Pero si se trata de un gato callejero, el riesgo de infección de la herida y de contagio de enfermedades es más elevado. En ese caso, hay que llevar al niño a su pediatra.
domingo, 10 de mayo de 2009
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