Tu pequeño necesita un espacio que sea, al mismo tiempo, agradable para él y práctico para ti. Durante los primeros meses lo mejor es colocar su cuna junto a tu cama para facilitar la lactancia durante la noche.
Pero, a partie de los seis o siete meses, es conveniente instalarlo en una recámara independiente, de ser posible, cerca de su cuarto y lejos de la televisión o cualquier otro aparato que haga mucho ruido. Durante la noche, las puertas de las habitaciones deben permanecer abiertas para poder atenderlo cuanto antes si llora.
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