Es una intervención quirúrgica que se practica cuando hay complicaciones para que nazca el bebé. Se realiza una incisión en la parte baja del abdomen para extraer al bebé. El corte puede ser horizontal, siguiendo la línea natural de la piel, o vertical. La abertura horizontal es más estrecha, y más incómoda para el médico porque el campo operativo resulta más reducido, pero es la prefererida por las mujeres y la que más se usa, ya que es más estética.
La incisión vertical se utiliza en casos de urgencia o partos múltiples. Una vez extraídos el bebé y la placenta, el cirujano vaciará el úetro y lo coserá con mucho cuidado. Utilizando materiales absorbentes. Seguirá con los músculos abominales y, finalmente, suturará la piel. La operación suele durar entre media hora y 45 minutos.
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