Si el niño se resca detrás de las orejas o en la nuca, es muy probable que tenga piojos. Al observar detenidamente su cabeza encontraremos los parásitos y los huevos blanquecinos (liendres) que depositan en la base de los cabellos.
El siguiente paso será acudir al pediatra para que nos recomienden una loción (es importante consultarlo porque los piojos se están haciendo resistentes a algunas de las más usadas). Además debemos informar a la escuela sobre el problema del niño y mirar si hay más personas infestadas en casa. Los piojos son muy contagiosos: saltan de cabeza en cabeza con una facilidad increíble.
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